Reseña

La guerra de 1846-1848 entre Estados Unidos y México y a la cesión territorial que tuvo como consecuencia, sigue viva en la cultura y en el imaginario mexicano. Sobre todo, en nuestro país se recuerda —no siempre con claridad sobre la época, el desarrollo de los acontecimientos, o los protagonistas— el hecho de que con ella, Estados Unidos se apoderó de territorios que pertenecían a México. Aunque lejano (y a veces olvidado al norte de la frontera), el conflicto armado acontecido a mediados del siglo XIX no ha dejado de tener peso en las relaciones de las sociedades y de los gobiernos mexicanos y estadunidenses. Podemos afirmar que la guerra entre México y Estados Unidos, ocurrida hace más de 175 años, es un tema vigente e importante para los dos países y tiene implicaciones en nuestro presente. Pero claro, también las tuvo a corto plazo, y “marcó” de distintas formas a las dos, entonces, jóvenes naciones.
Esta trascendencia de la guerra de 1846-1848 y su prevalencia en el imaginario de la sociedad la ha hecho tener, también, una presencia importante en la historiografía mexicanista. Ciertamente, en algunas coyunturas, la producción ha sido más prolífica (por ejemplo alrededor del centenario o del sesquicentenario de la guerra), pero el tema no ha dejado de llamar la atención de numerosos investigadores. En la historiografía estadunidense, por su parte, este conflicto ha sido mucho menos estudiado que otras guerras en las que dicho país participó; sin embargo, las décadas recientes han visto surgir un nuevo interés y la publicación de numerosos trabajos que han motivado diálogos fructíferos, nuevas preguntas y nuevas reflexiones en uno y otro lado. El presente libro es un aporte a estos estudios históricos, y es una invitación a seguir indagando en un acontecimiento que fue definitorio para México y Estados Unidos y que sigue interesando en uno y otro lado de la frontera, dentro y fuera del ámbito académico.