Lejana
El pasado es un territorio distante y estar del otro lado me obliga a reconstruir, dice Montserrat Morales casi al inicio de Lejana, lo que hace pensar en el viaje, no de una heroína sino de aquella que es empujada a seguir, a atravesar su presente sin dejar de enfrentar su pasado, ya sea porque lo busca o porque éste la invade, incluso a pesar suyo, o como dice más adelante: la nochería agita las voces. Caminar este poema-travesía dibujada por el canto de su autora me desliza al territorio de aquello que subyace a mucho del trabajo realizado actualmente en múltiples enfoques de terapia a los que, sin embargo, les elude el regalo de la mano de la poesía que abre nuevos caminos, nuevos sentidos: si no podemos evitar mirar hacia el pasado, quizá el asunto sea sobre cómo mirar.