Educar para regenerar
Una historia intelectual del problema indígena a través de la sociedad indianista mexicana (1910-1914)
La Sociedad Indianista Mexicana (1910-1914), objeto empírico del libro, permite observar cómo el propósito decimonónico de educar ciudadanos excedió al gobierno de la época, dada la asertividad e interés del asociacionismo científico así como el marcado énfasis pragmático de la Sociedad Indianista en la “filantropía científica”. La Sociedad buscaba incidir directamente en la política pública, particularmente la educativa, y para ello convocó un diálogo entre pedagogos, médicos, higienistas, lingüistas, arqueólogos y otros profesionistas y científicos preocupados por la ‘población’ y las ‘razas’ mexicanas, quienes irían constituyendo la cuestión indígena como un problema específico y a la educación como su ‘solución’. Sin embargo, las definiciones del problema y su solución no tuvieron un desarrollo lineal. En el libro, el autor marca las complejas contradicciones de un proyecto político liberal en crisis, que fue transformando su defensa de la igualdad ciudadana en un énfasis en la homogeneidad nacional. Las disciplinas de la época definieron la preocupación por uniformar individuos y grupos para conformar un estándar nacional, y los medios y técnicas propuestos para este objetivo dejaron de ser universales para explorarse nuevas políticas diferenciadas. La cuestión del indio desató entre los científicos, intelectuales y políticos un complejo hacer y hablar sobre los otros; frente a la aspiración por una población ciudadana, en el seno de la Sociedad Indianista se desató una inquietante pregunta que recorría los racializados discursos de la época: ¿el indio es educable?