Reseña

Pocas obras trascienden en la historia por razones tan infames
como lo es El martillo de las brujas (a.k.a. Malleus Maleficarum),
un libro cuya primera y segunda parte se encargan de justificar
acusaciones contra quienes se consideraban seguidores de
Satanás y su legión de demonios. Se sugieren suplicios y
vejaciones que moran tan sólo en las fantasías más retorcidas de
la rancia moral cristiana.
Por años se intentó alejar al público de esta obra, pues más
allá de parecernos mera ficción es testimonio escrito del abyecto
poder con el cual se sometía al más mínimo absurdo. A pesar de
que se inicia por reconocer indistintamente tanto a hombres
como mujeres como sospechosos de brujería, son estas últimas
las cuales se llevan la peor parte con respecto a los procesos. Los
crímenes de las mujeres, según Kraemer y Sprenger, van de la
mano con aspectos tales como la suavidad de sus rasgos, la voz o
simplemente una belleza irresistible.
El Malleus sigue siendo digno de estudio como una mera
curiosidad bibliográfica, herencia de épocas oscuras que
parecieran seguir acechando e influyendo en nuestra sociedad altamente civilizada.