La guitarra en México
Su recorrido histórico por las músicas y épocas del país
Cítara, kitara, viola da gamba, viola, vihuela, guitern, se les ha llamado a los diversos objetos musicales descritos o asociados con el término “guitarra”; como si fueran “equivalentes” o equiparables, a pesar de que son variables en figura, estilos, usos sociales, técnicas de ejecución, materiales, afinaciones, temples, timbres y dimensiones. La forma característica se ha mantenido para distinguirla, seguramente por causas afectivas y culturales, pues son recurrentes las metáforas que asocian la figura en ocho del objeto musical con el cuerpo de la mujer, la forma de sostenerla entre las piernas, además de sus asociaciones con el amor sexual. La guitarra es objeto material, producto comercial, pero también símbolo cultural y el medio para tener una comunicación expresiva mediante el arte, tanto musical como poético “hecho canción”. En distintos contextos es un fin, en otros un mediador y también un productor.
La guitarra es un instrumento musical que puede ser una metáfora de los procesos de modernización que se expresan en la cultura de Occidente desde la Ilustración. Existe desde periodos antiguos en el Mediterráneo, ejecutada por diversas civilizaciones; sin embargo, su uso extendido a nivel mundial comenzó en el siglo XX, impulsado por los procesos de producción industrial masiva del objeto y su vínculo con las industrias culturales que promueven músicas de consumo para las masas: desde las guitarras con cuerpo de metal usadas en el blues, hasta las Les Paul para el rock y las Fender del grounge. Los sectores subalternos de la sociedad constantemente negocian con las industrias culturales en los mercados que permiten la circulación y consumo de las músicas de masas; con ello producen expresiones culturales parecidas a las masivas, pero que se apropian, adecuan y resignifican la cultura como producto y lo convierten en experiencias sensibles y significativas. En pocas palabras: lo tradicional lo convierten en cultura popular.