Reseña

Este trabajo disecciona las doctrinas, definiciones y políticas bélicas originadas en Estados Unidos y transferidas a los países periféricos como concepciones de seguridad nacional y guerra irregular, y que a partir de los ochenta se expandieron a la lucha contra las drogas. En este caso, no sin paradoja, el énfasis estadounidense ha dependido en última instancia no tanto de su pretensión formal, sino de intereses geopolíticos y económicos profundos.
La literatura mexicana carece de suficiente análisis sobre estas doctrinas y sus defensores, sobre los actores y procedimientos que las han afianzado en el aparato institucional de ese país e impuesto a los países bajo su influencia, a pesar de los altos costos humanos que originan en naciones más débiles.
Este trabajo no es una crítica antiestadounidense, sino un llamado al debate en favor de las causas que representan los mejores valores de Estados Unidos: libertad, democracia, justicia, legalidad y derechos humanos. Busca destacar la necesidad de priorizar el bienestar de las poblaciones afectadas por estas políticas, que a menudo se ven subyugadas por crudos intereses particulares en ambos lados de la frontera.