La abogacía y sus símbolos
Este libro discurre sobre el ethos jurídico; escudriña el espíritu del que está dotado el grupo de los profesionales del derecho, desde sus actitudes y valores, y hábitos arraigados, hasta su imagen, a partir de procesos de significación relativos a la vestimenta, las alegorías, el lenguaje y otros elementos que definen al abogado —de ahí que se valga de la reflexión sobre la relación entre las expresiones sensibles y sus potenciales contenidos, con el apoyo de la semiótica y la historia.
Una vez que se elucida el marco en el que se ha desarrollado la actividad de los abogados, desde la Antigüedad clásica hasta nuestros días, la parte medular se concreta en los antiguos y en los nuevos símbolos de la abogacía —de los que se explican su origen y su significado—, como la balanza, el búho, la espada, el mazo, la toga, la mano de la justicia, entre otros.
Los símbolos de la abogacía aluden a los valores y los principios morales que garantizan su unidad ontológica en un universo compartido por los cultivadores del derecho; traspasando los límites de sus ancestrales sentidos, provienen, en gran medida, de la historia, la filosofía, la religión y la masonería.
Reformar viejos símbolos y establecer nuevos supone la necesidad de una representación espiritual acorde con estos tiempos, que vaya más allá de la retórica o de un mero gráfico. El lenguaje simbólico tiene sus códigos, y quien los ignora se priva de poner a su alcance dicha clave recóndita.