No soy la peor mamá del mundo
De la oscuridad de la depresión materna a mi propia luz
Cuando te encuentras en la que tendría que ser la espera más dulce de todas o incluso cuando ya ha terminado, y solo se piensa que la felicidad será reinante del hogar tras la llegada de un bebé, existe la posibilidad de que un visitante toque a nuestras puertas sin invitación previa: la depresión perinatal. Mucho se desconoce sobre ella, pues el cansancio, el miedo, la culpa y otros factores que descubrirás entre páginas son los matices que logran opacar el brillo de la maternidad. La desinformación se ha encargado de maquillar la apremiante necesidad de recibir un diagnóstico con oportuna intervención médica y acompañamiento psicológico. Por ello, te invito a identificar las principales señales y consecuencias de este padecimiento, y a formar parte de una red de apoyo para las madres que viven la depresión en carne propia. Si la vida no es color de rosa, tampoco debería ser gris. Si no siempre te sientes la mejor mamá del mundo, eso no te hace la peor. La ayuda siempre deberá ser bienvenida durante la etapa más retadora de una mujer que se convierte en madre. El viaje no siempre es fácil pero no tendría por qué ser un sufrimiento. Gracias por estar aquí y dejarme acompañarte a través de estas páginas.