Sublevaciones en el cielo y en la tierra
Sublevaciones en el cielo y en la tierra es, quizá, la novelema en la que Enrique González Rojo Arthur vierte los asuntos medulares de su sentir y su pensar: la lucha de clases; el manejo del poder y las componendas que derivan de ello; los mecanismos del favoritismo; las preocupaciones, repercusiones y hasta excusas que puede originar una obra, es decir, la zozobra del acto creador. Asimismo, la pugna por alcanzar la libertad sexual, que ésta sea tanto igualitaria como compartida, un sano ejercicio del descubrimiento, alejado de un mero quehacer sustentado en el arrebato y el egoísmo, que ve en la mujer un medio y no un fin en sí misma. Para lograrlo, invierte los papeles de quienes han sido considerados históricamente malos (los ángeles caídos, Lilith, Caín) o de los privilegios que, en apariencia, Noé gozó. Todas estas particularidades, cuyo propósito es dar a conocer la versión de los desfavorecidos, se las cuenta un ángel rebelde a un poeta, quien cierra la novelema con un contundente juicio final.