Reseña

Desde que se fundó por cuarta y definitiva ocasión, un 14 de febrero de 1542, Guadalajara fue convirtiéndose poco a poco en emblema de la mexicanidad y en un lugar que guarda una vasta riqueza cultural y de tradiciones, pero que al mismo tiempo se entiende de manera natural con el futuro y la innovación.
Los orígenes de la Perla Tapatía se remontan a una época turbulenta y llena de complejidades, algo que sin duda forjó el carácter que nos distingue como tapatías y tapatíos. Basta recordar la odisea que vivieron los primeros habitantes de nuestra ciudad, quienes durante años buscaron infructuosamente un lugar donde asentarse en el occidente de la Nueva España.
Guadalajara, diversa como siempre ha sido, forjó también su destino a través de un amplio proceso de mestizaje en el que los pueblos indígenas del Valle de Atemajac jugaron un papel fundamental.
Nuestra historia es sin duda fascinante. No solo conocerla, sino también estudiarla debería ser una de nuestras principales motivaciones para aprender de nuestro pasado y hacernos de herramientas con el fin de construir un mejor futuro.