Colección municipios metropolitanos
El Área Metropolitana de Guadalajara (amg) se ha consolidado al día de hoy, no solamente como la segunda metrópolis más grande de México y una de las ciudades más influyentes en materia de desarrollo económico, influencia cultural e innovación tecnológica, sino también como una pionera en materia de planeación, gestión y desarrollo metropolitano. Hasta el día de hoy, seguimos siendo la única área metropolitana en México que cuenta con un Sistema Integral de Desarrollo Metropolitano que, a través de distintas instancias, coordina los esfuerzos intermunicipales para asegurar que la ciudad se gestione desde un solo enfoque, para beneficio de sus ciudadanos.
Este esquema es un reflejo de siglos de integración entre nuestras poblaciones y territorios, décadas de empuje y presión social para reflejar en lo administrativo-gubernamental las realidades físicas de la ciudad, y años de desarrollo y dise-ño institucional por parte de actores políticos y sociales clave en la construcción de esta historia. La ciudadanía del amg ha presionado constantemente para que las decisiones político-administrativas reflejaran la realidad vivida por sus habitantes todos los días; límites territoriales prácticamente imperceptibles, una sola ciudad unificada y cada vez más conectada, por la cual sus ciudadanos transitan cruzando varios municipios en el transcurso de un día normal.
Pero más allá de esto, también es el efecto natural de la historia que indefectiblemente nos une como pobladores de los nueve municipios metropolitanos y, consecuentemente, abona a generar lo que hasta el día de hoy hemos construido. La historia de nuestros territorios y ciudades, al estudiarla, nos demuestra que siempre ha existido una dinámica inter-territorial e intermunicipal, a partir de la creación de los esquemas locales de gobierno. Podemos estudiar en nuestros documentos históricos e incluso ver en nuestro patrimonio edificado, los antecedentes valiosos de poblaciones que, desde la época prehispánica, se asentaron en esta tierra, y sin los cuales no podríamos haber llegado hasta lo que hoy somos. Hay una línea directa conectando las experiencias de aquellos que empezaron, fueron y formaron Guadalajara, Zapopan, San Pedro Tlaquepaque, Tonalá, Tlajomulco de Zúñiga, El Salto, Juanacatlán, Ixtlahuacán de los Membrillos y Zapotlanejo de antaño, con los que llegaron e impactaron en el desarrollo de los mismos, y los que hoy en día seguimos sumando para la construcción de mejores lugares.
Conocer entonces la historia de estos lugares y territorios se vuelve fundamental para identificar las dinámicas y antecedentes de los mismos y, por ende, entender cómo, de qué manera, con qué ganadores y perdedores, y bajo qué esquema se generó y consolidó el desarrollo de nuestra metrópolis. El revertir dinámicas que afectan a nuestra población, como la contaminación, la dispersión, la desigualdad, entre otras, requiere de un entendimiento profundo de donde vienen dichas dinámicas, por qué se generaron y qué factores abonaron a su consolidación. El mantenimiento y desarrollo de aquellas que impactan de manera positiva requiere de un esfuerzo similar. Como lo menciona el abogado, diplomático, escritor e historiador mexicano de finales del siglo xix y principios del xx, Carlos Pereyra, en su ensayo Historia ¿Para qué?: “Quienes participan en la historia que hoy se hace, están colocados en mejor perspectiva para intervenir en su época cuanto mayor es la comprensión de su origen”.
La breve historia reflejada en estos textos que narran lo ocurrido en cada uno de los nueve municipios del amg, nos muestra precisamente los vínculos, conexiones y lazos entre los distintos territorios que conforman nuestra metrópoli, que llevan muchísimos años en proceso de gestación, evolución, desarrollo y conformación. Nos enseñan lo que nos ha unido a través de los años, cómo la fundación de la Guadalajara actual hubiera sido imposible sin la existencia de un Tonalá prehispánico, cómo este mismo Tonalá tiene una histórica relación con Zapotlanejo y la puerta que ha sido esta población a los Altos de Jalisco, cómo nos unen las tradiciones y costumbres que hicieron a estos territorios factores importantes en la generación del México moderno y posrevolucionario, entre muchos otros nexos. La identidad de nuestros pueblos está conectada, por lo que, queramos o no, nuestros municipios están ligados entre sí y hay vínculos intrínsecos entre todos ellos, que se han ido consolidando, como lo podrán comprobar los lectores a lo largo de las siguientes páginas.
El esfuerzo metropolitano que se ha venido llevando a cabo en las últimas décadas, busca precisamente que la gestión pública y toma de decisiones respecto a nuestra amg y su terri-torio exprese estas interconexiones que históricamente tienen nuestros municipios y sus identidades. Es, al final de cuentas, la voluntad de mantener y fortalecer estos lazos en un contexto de desarrollo y urbanización acelerada que empuja aún más las relaciones entre nuestros pueblos y territorios. Estamos, en dicho proceso, construyendo una historia adicional, que respeta y reconoce los antecedentes que nos han llevado a desarrollarnos de manera conjunta y, al mismo tiempo, buscando construir una nueva realidad, en la cual lo que nos une sea referente para la planeación y gestión de una sola área metropolitana, con una identidad común.