Las mujeres de la guerra
Las mujeres también pueden ser heroínas». Cuando Frances McGrath, «Frankie», estudiante de enfermería de veintiún años, oye por primera vez estas inesperadas palabras, siente una revelación. Criada en la idílica isla Coronado en California y protegida por sus muy conservadores padres, siempre se ha enorgullecido de hacer lo correcto, de ser una buena chica.