Ritual de la bendición de un abad y una abadesa
Desde muy antiguo, la bendición del abad o la abadesa del monasterio ha constituido un acto litúrgico. El abad, que ha sido elegido para regir una comunidad religiosa, es, a ejemplo de Jesucristo, « pastor» de las ovejas a él encomendadas. Se pide para él sabiduría para gobernar según la voluntad de Dios, que sepa inculcar a sus hermanos, con su palabra y su ejemplo, el amor a Dios y al prójimo, la oración constante y la lectura sagrada, que permanezca atento a las necesidades espirituales y corporales de los hombres y que, en el último día, reciba del Señor la recompensa por su administración.