Reseña

Tener la oportunidad de conocer la experiencia laboral en el ámbito penitenciario de las investigadoras, y el proceso por el que transitaron para escribir este libro; contar con la premisa de leer sus capítulos y percibir su pasión por la criminología, me llevó a impulsar a que las instituciones penitenciarias posibiliten el ingreso de maestros y estudiantes universitarios.
Encima, combinar la experiencia del servicio público con el ferviente ímpetu de estudiantes y el interés genuino por la investigación dotará de herramientas que potencializan la importante labor del especialista en criminología en el ámbito penitenciario, lo que, acompañado de una profesionalización desde la experiencia en campo, permitirá formar nuevas generaciones.
Este libro, por su excelencia, es una potente herramienta actualizada que servirá para la elaboración del estudio criminodiagnóstico, que, dicho sea de paso, auxilia en la administración de la justicia, y da una adecuada clasificación criminológica que marca el rumbo de los centros penitenciarios, al ser un instrumento que al ser analizado permite la toma de decisiones en rubros tales como el tipo de medidas de seguridad que se deben implementar, la necesidad de actividades a dirigirse a las personas privadas de su libertad, la seguridad necesaria que se debe brindar al personal penitenciario, visitantes y lo que de ello se derive, así como la cantidad de personal de servicio público que se designe para la custodia del establecimiento.
De modo que el actuar del especialista en criminología es una responsabilidad social que brinda la posibilidad de expandir su campo de actuación y crear un círculo virtuoso en la prevención, reinserción y seguimiento postpenal.
Al leer esta investigación se tiene la posibilidad de tener entre las manos algo más que un libro, se obtiene la experiencia del trabajo diario en los centros penitenciarios, el abrir los sentidos en cada entrevista, con una escucha activa, encontrarse cara a cara con el ser humano que infringió la norma. En tal caso, la labor del criminólogo continúa siendo imprescindible ante la inminente importancia de la individualidad de quien obtendrá su libertad y será parte de la comunidad; el criminodiagnóstico debe brindar soluciones de intervención, innovar modelos, construir estructuras con su actuar profesional y crear confianza en sus propuestas, siendo éstas el medio que brinde a las instituciones penitenciarias el éxito de los planes de actividades y agotar al límite los recursos para minimizar los riesgos.