Reseña

La premisa inicial de esta obra es más bien, la necesidad de pensar al museo como un espacio que tiene que ser abierto, donde el usuario tenga participación activa, donde no sólo se hallen cosas, sino que ‘ahí sucedan cosas’, donde se activen mecanismos sociales. En palabras de Angélica Núñez, pensar “los museos como lugares para incentivar el encuentro emotivo e intelectual con el conocimiento y la expresión colectiva”. Y en ese sentido, los programas de mediación si bien se plantean como dispositivos didácticos y educativos, en la praxis, además funcionan como espacios de socialización que posibilitan la interacción, la cohesión, y la apropiación de diferentes grupos sociales, incluso aquellos que han permanecido al margen de la labor museal.