Reseña

En el último año se ha hablado mucho en los medios de comunicación y en la academia del proceso de relocalización industrial impulsado por las tensiones entre Estados Unidos y China. Se prevé una inminente salida de empresas norteamericanas de territorio chino y su probable llegada a México en una tendencia que se conoce como “nearshoring”. En realidad, la recuperación económica posterior a la pandemia por el COVID-19 y el agotamiento del modelo de globalización (iniciado desde antes de la pandemia, pero agudizado con ella) han provocado la disrupción de las cadenas globales de valor y esto está dando paso a un nuevo proceso de fragmentación geoeconómica a nivel mundial.
En este sentido, el propósito de presente libro es discutir las ideas, reflexiones y hallazgos académicos relacionados con los cambios en la actividad manufacturera en sus áreas temáticas o regiones de investigación, que puedan asociarse a estos cambios proyectados para la economía internacional.
De alcanzarse, esto cambios implicarían una nueva industrialización de México que tendría que sujetarse a las reglas del T-MEC, e implicaría la llegada de grandes inversiones extranjeras que tendrían impacto en el empleo, los salarios, la balanza de pagos, el tipo de cambio y la macroeconomía en general. La pregunta es si el país, en las actuales condiciones económicas, políticas y de disponibilidad de infraestructura, sería capaz de sacar provecho de los probables cambios que se perciben en el panorama internacional.