Intercesión
Hay un proverbio que dice: “puedes llevar al caballo al lugar donde hay agua, pero no le puedes obligar a beberla”.
Esto es cierto porque de nada sirve comenzar un estudio de intercesión, si no se aplica.
Creo que una de las cosas que más necesitamos el día de hoy es la intercesión.
Desgraciadamente hay gente cristiana en este tiempo que tiene apatía para servir a Dios; falta el fuego del Espíritu Santo en el corazón, hay enfriamiento en vidas que una vez fueron llenas del Espíritu Santo.
En estos días a algunas personas les es fácil el cristianismo que llevan: hay buenos predicadores y tal parece que todo está a la mano; sin embargo, algo está pasando, no hay fervor en la oración, falta el deseo de la presencia de Dios, de vivir una vida sin egoísmo.
Leonardo Raven-Hill, dijo: “Hay dos requisitos para vivir una vida cristiana victoriosa: visión y pasión, y éstos deben de estar sustentados por la oración”.
Dijo: “La predicación está abierta a pocos, pero la oración no; que el pecador cesa de orar y el que ora cesa de pecar”.
La oración sacude el infierno, hace temblar el corazón y nos trae la presencia de Dios.
Fernando Sosa Ficachi