Gracias a Winn-Dixie
Opal y su papá acaban de mudarse a Naomi, en Florida. Ella tiene diez años y extraña mucho a su mamá, quien se marchó de su lado tiempo atrás. Un día, Opal regresa a casa con un perro sucio y sin dueño al que desea adoptar y proteger con todo su corazón. A partir de ese instante, la alegre presencia de Winn-Dixie como decide llamarlola ayudará a descubrir y valorar aquello que encierran las personas que ella creía distantes, y a reemplazar la tristeza que hay en cada una por ese poquito de dicha que nace de un acorde de guitarra, de una lectura en compañía, o de los caramelos que saben a nostalgia.