Las palomas de Amparán
Alfonso Guadalupe Amparán Aguilar, nuestro gran pintor del Parque Glendale. Su arte pictórico está en tantas casas, en una enorme cantidad de negocios, de aparadores, de vidrieras, de puertas, de paredes, en muchos y tan inimaginables espacios de Delicias, en los cuales lo dibujó donándolo a la posteridad.
Es mi intención rescatar su figura y su legado artístico. Es una obligación, una obsesión que tengo como Cronista y deliciense, antes de que se pierda para siempre, sepultado en el polvo del olvido y la indiferencia, como se han perdido tantas huellas, tantos íconos de nuestro pasado. Mi idea es escribir un libro que retrate al Amparán que se ocultó detrás del Amparán que todos vimos caminar y vagar por esas calles. Desaliñado, errante, blanco cruel de estigmas y de burlas, perdido en su mundo, barbado, indefenso, sonriente a veces, en veces rebelado ante su destino infausto.