El espíritu del caballo blanco
La obra de José Alfredo no es transitoria, sino perenne. Cuando Heródoto, el padre de la historia, viajó a Egipto y contempló sus colosales tumbas y monumentos, dijo que el tiempo se detenía en las pirámides; lo mismo podemos decir acerca del rey de la canción vernácula mexicana en el sentido de que a través del tiempo las canciones de José Alfredo se han anidado en los corazones de las generaciones pasadas, presentes y futuras.
Leopoldo Barragán