El capital social y el turismo comunitario en México
Algunas de sus manifestaciones
En México, a finales del siglo XX, el turismo fue considerado como un elemento que podía ayudar a la reactivación y el desarrollo rural generando opciones económicas que contribuyeran a combatir la pobreza y el rezago social de las poblaciones rurales, al tiempo que se diversificaba la oferta turística y se incrementaba la competitividad nacional e internacional. Las instituciones gubernamentales, privadas y sociales desarrollaron estrategias, programas y acciones, canalizando miles de millones de pesos para esto. Sin embargo, sus esfuerzos y recursos no bastaron para consolidar los proyectos ni las empresas creadas en estos años. La mayoría se encuentran en un proceso tortuoso que enfrenta problemas económicos, organizacionales y de capacidades. En todo el país, solo un poco más de una centena de estas iniciativas impulsadas por poblaciones rurales, campesinas e indígenas, lograron consolidarse para ofrecer los productos y servicios turísticos pertinentes. El capital social, como factor delimitante de la conexión y capacidad de colaboración entre diversos grupos que comparten recursos para alcanzar metas y beneficios comunes puede explicar esta situación dentro de las comunidades, grupos y empresas que han sabido aprovechar los apoyos exógenos canalizados a este sector.