Alineación y balanceo o El método del hot cake
En la primera parte presento una serie de ideas acerca del tiempo, el espacio, la imagen y demás elementos sobre los que trabajo en cada clase.
En la segunda parte, y para explicar con más precisión las aplicaciones de la técnica del Tai ji como yo la he entendido en el trabajo cotidiano de un artista escénico, describo una serie de ejercicios que utilizo en mis clases, dividiéndolos en sesiones de una manera arbitraria. El orden de las sesiones depende del grupo y de la asimilación del material. Algunos ejercicios son parte del entrenamiento habitual de una clase de Tai ji, con algunas aportaciones que hago para vincularlos con la formación de un artista escénico. Otros no son de esta disciplina, pero los he vinculado con esta práctica, y otros son de mi invención. Lo aclaro en cada caso. De algunos sinceramente no recuerdo ya si alguien me los enseñó o los inventé. De ninguna manera pretendo que se entienda que los ejercicios son de mi autoría, sino que el enfoque es personal, resultado de muchos años de exploración conmigo misma y con mis alumnos. Ha sido también un gran maestro para mí el profesor Víctor Becerril, de quien puedo decir que no solo me ha enseñado Tai ji quan, sino también a dar clases, ya que es un excelente guía. De él he aprendido la generosidad y el respeto que son condición fundamental de un buen maestro hacia sus alumnos y hacia el conocimiento mismo.
Un elemento que me obsesiona es lo difícil que resulta explicar, verdaderamente explicar, cualquier cosa, ya que tendemos a hacer una interpretación del mundo asumiendo que todos partimos de los mismos parámetros. Por esa razón procuro utilizar distintas imágenes o simplemente distintas palabras y adjetivos para explicar cada ejercicio, recurriendo a veces a imágenes que pueden resultar muy burdas pero que son algunas de las que he encontrado que describen con mayor precisión aquello que necesito explicar. (Por ejemplo, no es lo mismo decir una pierna estirada que alargada.) Es, pues, muy importante recordar qué es realmente lo que se pretende enseñar. Tomando en cuenta este principio fundamental, el lenguaje se tendrá que ir modificando así como las imágenes, y probablemente los ejercicios mismos podrían tomar otras formas o servir para explicar otra cosa.
Otro detalle importante es renovar la imagen como necesidad del instructor, porque se requiere mantener la vitalidad de lo que se enseña. Cuando se vuelve territorio demasiado conocido, pierde interés también para el que enuncia. Elemento fundamental de la práctica es el sentido del humor, que en este caso no sé de qué manera integrar. La risa ayuda a relajar toda la musculatura y a pensar y sentir con mayor claridad. Intentaré integrarlo de alguna manera a esta propuesta. Es un factor cambiante de generación en generación y que obliga a estar más o menos vigentes en cuanto a la cultura general de los alumnos: qué música escuchan, qué programas ven, cuáles películas, etc. Por otro lado, tomando en cuenta que este tipo de técnicas se vuelven como un espejo, ya que aflora lo que uno realmente es, viene bien tener sentido del humor.