Pisada de bruja
Cantabria, 1720.
Una muchacha camina por el bosque acompañada de un espíritu al que solo ella puede ver; acaso un demonio o un fantasma que desea atormentarla hasta la locura.
Amaris Moray pertenece a uno de los linajes más antiguos de brujas, sin embargo sus continuas visiones la señalan como oráculo, capacidad que la obliga a transitar la delgada línea entre la demencia y la muerte.
Las hechiceras que habitan Pisada de Bruja son seres nacidos en lugares remotos como las cataratas Africanas y las montañas Escocesas hasta un pequeño valle español donde se ocultan a los ojos de los fanáticos religiosos que plagan el continente.