Reseña

La representación de las actividades económicas en el actual territorio mexica-no ha sido una constante en el arte. La presencia de este tema en el arte gráfico mexicano de la primera mitad del siglo XX se enlaza orgánicamente con los ideales de los artistas revolucionarios —pertenecientes a la Escuela Mexicana de Pintura y a colectivos como la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), el Taller de Gráfica Popular (TGP), la Sociedad Mexicana de Grabadores y el Frente Nacional de Artes Plásticas (FNAP)—, quienes luchaban, a través de sus obras, para construir una nueva y mejor realidad social, una vez terminado el periodo armado de la Revolución. La representación activa del pueblo mexicano, tanto en el campo como en la ciudad, permitió a los artistas y sus espectadores conocer las diferentes realidades del país y, al mismo tiempo, reconocer y ensalzar a los personajes que eran los constructores de facto de la nueva nación: obreros y campesinos, junto a maestros, artesanos, comerciantes y, por supuesto, artistas.

Raúl Cano y Karen Juárez, curadores de Mano de obra. Oficios en la gráfica mexicana, siglos XX y XXI, muestran instantáneas de dos momentos de la historia de México: la primera mitad del siglo XX y las primeras dos décadas del XXI. El diálogo entre ambos periodos hace visible la permanencia de algunos oficios, su transformación y el surgimiento de nuevas ocupaciones, incluyendo las surgidas durante el confinamiento por la pandemia por COVID-19 que son ejemplo de la resiliencia del pueblo mexicano ante las crisis. Así mismo, muestran la actual exploración técnica y la búsqueda de diferentes perspectivas de las nuevas generaciones de artistas.

Además, este diálogo muestra el acercamiento de los artistas a sus comunidades. Los artistas revolucionarios, con frecuencia, retrataron los oficios y las personas de las regiones de las que eran originarios u oficios que ellos mismos habían desempeñado. Por su parte, jóvenes grabadores contemporáneos han tomado como modelos a sus familias y los lugares donde viven, escenas de su cotidianidad, que también muestran la apropiación de los espacios que habitan.

Mano de obra, además de ser una exposición relevante por mostrar obras del acervo del Museo Nacional de la Estampa que rara vez se han exhibido, lo es por poner en el foco de atención todo tipo de ocupaciones y labores. Al presentar un panorama de los oficios, trabajos y actividades que se han realizado o realizan en el campo y la ciudad, otorga su justo lugar y enaltece a todos los trabajadores, hombres y mujeres, que diariamente construyen México.