Abre la puerta
Espero, aguardo con parsimonia,
a veces con desesperación
pero al final siempre espero.
Inhalo, lo mantengo unos segundos y cuando al aire sale por mi boca lo hace con toda esa vieja historia, que no debe volver pero que está anclada a este lugar que se desmorona, que es mío, y yo de él.
Casi puedo sentir el roce de tus manos en mis cosas, en mi pasado, en la verdad que clama a gritos para ser descubierta, para ser al fin pronunciada.
Has llegado como respuesta a mis lamentos,
la cerradura me da tiempo para regresar a mi lugar,
sin saber lo que te espera
al abrir la puerta.