Arqueología en la frontera norte
El hecho de reunir en un solo ejemplar las aportaciones que a continuación se mencionan, le suma valor a la generación del conocimiento, debate y reflexión sobre estos espacios todavía desconocidos por quienes se encuentran alejados de aquí. Además, hoy más que nunca es sustancial volver a cavilar sobre la zona fronteriza del norte de nuestro País, no sólo en términos científicos y académicos, sino en los cotidianos, políticos y económicos, y, en este caso, lo intentamos hacer a través del trabajo arqueológico.
Este documento contiene 13 artículos distribuidos en 6 apartados. En el primero veremos un par de reflexiones sobre los conceptos de frontera desde espacios físicos particulares, pero propios del norte México. Si bien son términos que históricamente se han puesto sobre la mesa de la discusión, parte de la importancia que actualmente tienen es que se han mantenido ignorados o poco visibilizados tanto en las investigaciones de estos vastos territorios, como en las visiones o lecturas que se hacen desde fuera.
En el segundo apartado se observan cinco participaciones relativas al tema de la gráfica rupestre en distintas áreas del norte de México. Al igual que la sección anterior, se invita a la discusión desde las diversas perspectivas que presentan los autores.
Paleoambiente es el tópico del tercer apartado, donde, a través de dos investigaciones, se nota, por un lado, una valiosa colección de materiales orgánicos inéditos, destacando especies cultivadas determinantes en el modo de vida y subsistencia de los grupos serranos recolectores- cazadores durante más de 3500 años, proponiendo el poblamiento de dicha región para el período Prehistórico Tardío por grupos recolectores, practicantes de horticultura y/o agricultura incipiente.
También podemos ver algunos de los resultados de un salvamento arqueológico en Baja California, donde se dan a conocer las diferentes actividades culturales realizadas por los grupos prehistóricos de la zona, los cuales, probablemente, correspondan a una filiación designada como Guaycura. Además de establecer el patrón de asentamiento seleccionado por dichos grupos nómadas, determinar el nivel y desarrollo técnico de su cultura material, así como un reconocimiento de la flora y su vinculación con los sitios arqueológicos.
El cuarto apartado sobre materiales arqueológicos presenta un trabajo sobre tecnología lítica de grupos cazadores recolectores en el bajo río Bravo. Se abordan los aspectos tecnológicos generales de dos matrices de piedra localizadas en los distintos sitios procedentes de tres proyectos efectuados en la región señalada.
En el quinto apartado, se observan dos investigaciones referentes a la Arqueología Histórica desarrolladas en el noroeste mexicano; no obstante, se trata de casos particulares. El primero aborda las lozas finas de importación del siglo XIX en Sonora, como elemento diagnóstico, cultural y cronológico que define a este período de convulsas trasformaciones políticas, económicas y sociales. El segundo versa sobre el Camino Real de Tierra Adentro en el tramo correspondiente al actual Estado de Chihuahua, en el que se presentan distintos parajes, asentamientos y puntos que van configurando éste y otras rutas en torno a un Camino Real que se piensa desde la actualidad como un trazo definido y que tanto documentos históricos como diarios de viajeros nos muestran que no existía como tal.
Por último, y no menos importante, encontramos una aportación sobre el tema de la Arqueología Forense, ya que los contextos cotidianos de violencia en los que se ve implicada la población mexicana, actualmente en la frontera (así como en el resto del territorio mexicano y el mundo), también son materia de las disciplinas antropológicas y especialmente de la Arqueología. En esta ocasión, destaca la intervención de las fosas comunes en el Estado de Chihuahua a partir de los métodos y técnicas propios de la Arqueología.