Reseña

El llamado ferrocarril mexicano, el de la ruta México-Veracruz, que fuera el rimero en México, se consideró en su tiempo obra soberbia y audaz, cuajada de arte enclavado en bellos paisajes.
Lanzar la idea por vez primera y comprender el desarío de empresa tan formidable, fue cosa de un instante. En efecto, se comprendieron enseguida las dificultades que presentaban el largo recorrido de la vía por áspera y pronunciadas montañas, sin desconocerse el grado experimental que todavía tenía la construcción de ferrocarriles por aquella época (1837-1873). Pero una vez concluida, la construcción ocupó lugar distinguido entre las más bien hechas del mundo, convirtiéndose en modelo de técnica ferroviaria.