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ISBN 978-607-29-4557-9

Hidalgo camino a la libertad Tomo I

Autor:Reyna Hinojosa, Ramiro
Editorial:Reyna Hinojosa, Ramiro
Materia:Historia de Mesoamérica (América Media) México
Público objetivo:General
Publicado:2023-05-24
Número de edición:1
Número de páginas:330
Tamaño:21.8x28cm.
Precio:$750
Encuadernación:Tapa blanda o rústica
Soporte:Impreso
Idioma:Español

Reseña

PALABRAS DEL AUTORCampana de Dolores ¿por qué tocas tan doliente? EL manto de la traición cayó sobre aquel que había osado gritar “que la antorcha que seenciende no se apague jamás: Viva la Libertad. Muera el mal gobierno”, tea que iluminó sucamino hacia “es mi voluntad que quedan abolidas las leyes de la esclavitud”, aquel que nisiquiera para salvarse se acogió al perdón pues “el indulto, señor excelentísimo, es para loscriminales, no para los defensores de la patria”, porque “quien muere por la verdaderareligión y por su patria, no muere infausta, sino gloriosamente”1. Perversa traición,germinada en aquellos que se decían amigos, olvidándose de que nunca hay que ofender aun amigo, ni siquiera en broma, porque ese respeto es señal de inteligencia y quizás estaingratitud está por encima de la otra felonía, la del impostor quien engañó o mintiópresentando una adhesión falsa como verdadera. El peregrinar de Miguel por este mundo llegaba a su fin. El final de su vida – martes30 de julio de 1811 – precedida por acciones terribles degradadoras en su calidad deeclesiástico, castigo ejemplar y advertencia para todos aquellos que no solamente osaransino también pensaran en rebelarse contra el gobierno, llegó por tres espantosas descargasde fusil, y al ruido de estos tres golpes de plomo, se ahondó la pena en la Madre Patriaenmudeciéndola y cuyas lágrimas mezcladas con la sangre de su hijo sacrificado corrieronpor sus cuatro caminos.La vida del Cura de Dolores no es como la de un serenado río, sino como la de unmar embravecido, viviendo la vida a plenitud, no solamente desde el punto de vista humano“comed y bebed, que después de la muerte no habrá ningún placer” – que pudiera sercriticado salvajemente –, y no se equivocó su maestro el Dr. Joseph Pérez Calama, Dean dela Catedral de Valladolid, cuando le profetizó “con el mayor júbilo de mi corazón preveo,que llegará a ser Ud. luz puesta en candelero o ciudad colocada sobre monte”; no, su vidafue mucho más allá, impregnándose de las enseñanzas que da la vida o la historia, fuente degran conocimiento de la que todos podemos aprender, puesto que la Historia es la maestrade la vida, luz de la verdad, las que cinceló en su corazón, para convertirse en quienincendió el cirio de la libertad. Aunque se supone que ya todo está escrito sobre la figura de quien solemnemente sebautizó imponiéndosele el nombre de Miguel Gregorio Antonio Ignacio, la verdad es queno es así, inclusive ni el presente escrito reúne tal característica. Muchas contradiccionesexisten en torno a Miguel Hidalgo y que son dignas de un estudio profundo y exhaustivo yquizás la tarea se va haciendo más ardua, pero gratificante, cuando se transita por el túneldel tiempo a través de los periódicos de aquella época y de los escritos más antiguos –1811, 1812, 1813 – y sobre todo caminar por los caminos del Cura Hidalgo.1
Indefinición de la fecha y lugar de nacimiento, discrepancias en el escritointimidatorio enviado al Virrey Venegas por Hidalgo desde la Venta de Cuajimalpa, tiempoque tardó en recorrer desde Guadalajara hasta San José de Gracia, hasta la fecha de sufusilamiento son algunas contradicciones existentes; no obstante, y a pesar de que el mismoCura de Dolores en su interrogatorio el 7 de mayo de 1811 al preguntársele por nombre yapellido, edad, religión, estado, empleo, calidad y vecindad, por razones desconocidas,respondió: “ […] español y su vecindad la de su Curato”, es necesario enfatizar que MiguelHidalgo no era un criollo en el sentido estricto de la palabra, ya que criollo era aquel hijo deespañol, primera generación, nacido en México. Esto lo puntualizo porquedesafortunadamente aun hoy, hay quienes consideran o creen que Hidalgo era criollo o másdescabellado que era español. El “criollismo” de Hidalgo era de generaciones atrás, suspadres eran nacidos ya en tierra mexicana. Sus orígenes aunados a su sacerdocio – que talvez abrazó influenciado por familiares que eran sacerdotes – le permitió conocer laspenurias del verdadero pueblo.Aun cuando puede exhibirse diversas razones para el inicio del movimientoindependentista, creo que lo planteado por escritores de aquella época, Juan LópezCancelada 1811, Carlos María de Bustamante 1843 y Lucas Alamán 1849, son opinionesdemasiado simplistas con relación al motivo de entrar a la revolución por Hidalgo. Don Juan López Cancelada, redactor de la Gazeta de Mexico, obligado por suespíritu de buen ciudadano “quantos y quan poderosos motivos me obligan a tomar lapluma como testigo de vista como buen ciudadano”, consideró que fueron interesesmercantiles el motivo del movimiento; sin embargo, su escrito “La verdad sabida y buenafé guardada. Origen de la espantosa revolución de Nueva España comenzada en 15 deseptiembre de 1810. Defensa de su fidelidad”, fue duramente criticado dos años después dehaber aparecido por un patriota mexicano desde Londres que escribió bajo el seudónimo deJosé Guerra, que no es otro que Fray Servando Teresa de Mier Noriega y Guerra,expresando que Cancelada no era más que “un buhonero quebrado, cohechado por elcomerciante Yermo” agregando que “de suerte que en toda verdad su maniobra debíatitularse: La verdad prostituida y la buena fe burlada sobre el origen de la revolución de N.E. Ofensa de su fidelidad. Por un fallido público, y gazetero detestado por sus imposturas”El autor oaxaqueño Carlos María de Bustamante dice:El cura de Dolores D. Miguel Hidalgo y Costilla […] era testigo presencialde la miseria a que había sido condenada toda su feligresía impidiéndole queelaborase el vino de la uva que cosechaba, por fomentar el gobierno españolla importación del de Cataluña; ni podía ser indiferente su corazón oyendolos suspiros de tantos miserables que yacían en la desnudez más oprobiosa[…] y se propuso formar una colonia semejante a la que proyectaba el Sr. D.Fr. Bartolomé de las Casas […]. Tales eran las ideas liberales que animabanal cura Hidalgo.2Y como una objeción al Sr. De Bustamante, el guanajuatense Lucas Alamán dice:2 Carlos María de Bustamante: “Cuadro histórico de la Revolución Mexicana comenzada en 15 de septiembrede 1810 por el ciudadano Miguel Hidalgo y Costilla, Cura del pueblo de los Dolores, en el obispado deMichoacán”, Tomo I, 1843, Imprenta de J. Mariano Lara, Págs. 19-20.
Bustamante – se refiere a Carlos María de Bustamante – en su cuadrohistórico, atribuye la disposición que encontró Hidalgo en sus feligreses paraentrar en la revolución, al descontento que les causaba el no poderaprovechar la uva para hacer vino, por las prohibiciones que había en favorde la agricultura de España y a la miseria a que por esto se veían reducidos.Todo esto es falso: no había tal miseria, pues en toda la provincia deGuanajuato, la agricultura prosperaba por el influjo de las minas de aquelmineral, ni las cosechas de uva eran ni son para fabricar mucho vino,consumiéndose toda la uva en grano en Guanajuato.Es obvio que la insurrección nació no por problemas tan triviales y también es unafalacia decir que “no había tal miseria, pues en toda la provincia de Guanajuato, laagricultura prosperaba”, pero continuemos con la disertación del señor Alamán:Don Agustín Hidalgo sobrino del cura, en los apuntes que me ha dado acercade su tío, por conducto del P. Valdovinos, atribuye la resolución de aquel ahacer la independencia, a haberse detenido en la secretaría del virreinato elpermiso que había obtenido del rey, para el cultivo de la vid.3Me parece inverosímil.Aunque algunas divergencias pudieran ser aceptadas como la existencia o no delhecho del Pípila, lo que no es aceptable es admitir diferentes nombres de este personaje –México a través de los Siglos – cuando en realidad su nombre era Juan José de los ReyesMartínez Amaro, como tampoco puede admitirse que el cura Hidalgo haya sido fusilado el1º de agosto de 1811, cuando en realidad fue sacrificado el 30 de julio de 1811. Gransorpresa causa el estudio anatomo-patológico que se realizó al cráneo de Hidalgo en 1895,cuando fue colocado en el altar de San José en la catedral, estudio que dice que seobservaron dos orificios producto de balazos durante el fusilamiento, pero hay que recordarque no se le disparó a la cabeza. Vale la pena leer con detenimiento el expediente que se leabrió durante su juicio militar, observar su degradación sacerdotal y adentrarnos en la famosa retractacióny leerla con atención para darnos cuenta de su falsedad.Dulzura convertida en amargura le tocó a Miguel Hidalgo, al enfrentarse nosolamente en combates contra un ejército mejor preparado sino también a una luchaideológica emprendida por el gobierno virreinal y la iglesia. La Gazeta del Gobierno deMéxico por supuesto el diario oficial – no se podía esperar que escribiera a favor – lanzabalos dardos:Un feliz desengaño de los pueblos fascinados con la quimérica idea delibertad que les ofrecía el rebelde Hidalgo en la funesta revolución quetantos males ha causado en la tierra adentro, es la prueba mas inequívoca deque el prestigio de la impostura, no pude durar tanto como se imaginan losfanáticos que llevan el terror a los pueblos inermes.3 Lucas Alamán: “Historia de Méjico desde los primeros movimientos que prepararon su independencia en elaño de 1808 hasta la época presente”, Tomo I, Libro Segundo, 1849, Imprenta de J.M. Lara, Pág. 352 en piede página.
¿errores? Por supuesto que los tuvo, hay que reconocerlo, como el permitir u ordenarmatanzas de prisioneros, que le valió el ser calificado como el “cruel”, “el sanguinario”, “elmonstruo”, “el hijo de Satanás abortado por el infierno”, “el Impío”, “el cruel e impío” ymás recientemente como “el Robespierre Mexicano”4 , pero habría que situarnos en elcontexto de la guerra para entenderlo y ¿porque a Felix María Calleja, Manuel Flon,Torcuato Trujillo y otros no se les censura? ¿acaso porque no eran sacerdotes?; se le criticaacremente el no respetar el voto de castidad, el haber tomado como estandarte la imagen dela virgen de Guadalupe, etc., pero me parece – aquí se me puede criticar que no pudedesprenderme de la admiración por el Cura – que no empobrece para nada frente albeneficio de haber iniciado la insurrección, cuando sus compañeros, hombres de armas, alsentirse descubiertos pensaban en declinar y huir. No, Hidalgo no es el ser monstruoso ydespreciable de los edictos, no es el ateo ni el hereje e irreverente de la excomunión “seacondenado donde quiera que esté, maldito su cuerpo en la vida o la muerte”, el Hidalgo quesi existió, es el Hidalgo hombre, el Hidalgo que amó no sólo como sacerdote, el Hidalgoávido de justicia y libertad porque Hidalgo es fuerte, no por su fuerza física, sino por lafortaleza de su espíritu y la de sus convicciones.Creo firmemente que el camino de Miguel Hidalgo y me refiero solamente alemprendido a partir del grito de Independencia, estuvo marcado por el destino – como sifuese una tragedia griega, que nunca se escapa de él, hiciera lo que se hiciera siempre seráel mismo final – un destino que permitió la total denigración por boca del sacerdotedominico Francisco Ramón Casaus y Torres y Las Plazas (1765-1845), excompañero deMiguel, quien a través de 16 cartas escritas en 1810 El Anti-Hidalgo: Cartas de un doctormexicano al Br. Don Miguel Hidalgo Costilla, lo calificó como “ex-sacerdote, ex-cristiano, ex-americano, ex-hombre y generalísimo capataz de salteadores y asesinos”,cuyos epítetos fueron agregados posteriormente para su publicación en 1811. A través desus epístolas, el sacerdote dominico, utilizando un vocabulario grosero que por sí mismohabla, se dirige al destinario como “Muy enemigo nuestro”, “Impudentísimo BachillerCostilla”, “Íntimo amigo, aliado y y capellán de arrieros locos”, “Bachillerejo Costilla” yacusa al sacerdote de Dolores de ser un ignorante de las leyes, de la política, de la historia yde la filosofía; afirmando la incapacidad de Hidalgo de hacer frente a sus deberes comomiembro de la Iglesia:El manejo sacrílego é irrisorio del misal, no habrá dexado en tu menteprofana vestigio alguno de las sentencias de nuestro adorado redentor ymaestro, de las de sus apóstoles, ni del espíritu contenido […] con que secelebra el incruento sacrificio. […] El abuso del ministerio de la divinapalabra ha puesto el sello á tu espantosa ignorancia, y por grados te ha idoreduciendo al estado de estupidez y barbarie, en que puede hallarse el cafre óel caribe más idólatra y sanguinario […]5Un destino que arrastró a una conspiración descubierta prematuramente conduciendo a unaprecipitación de los acontecimientos; un destino que lo llevó hacia la traición de sus amigos– Allende intentó envenenarlo – desembocando en una remoción de su cargo y ser4 Esaú García González: “Hidalgo, el Robespierre mexicano”, 2019, s/e. 5 Fragmento de la primera carta de Francisco Ramón Casaus y Torres y Las Plazas: “Cartas de un doctormexicano al Br. Don Miguel Hidalgo Costilla” en J.E. Hernández y Dávalos: “Historia de la Guerra deIndependencia de México”, Tomo II, 1985, Comisión Nacional para las celebraciones del 175 aniversario dela Independencia Nacional y 75 aniversario de la Revolución Mexicana, Pág. 625.
prisionero de su mismo ejército; un destino que le aconsejó – y vaya uno a saber porque –no entrar a la ciudad de México después del triunfo pírrico en Monte de las Cruces,obligándolo a enfrentarse en San Jerónimo de Aculco contra Calleja, cuando no queríahacerlo; un destino que se ensañó aún más cuando a punto de triunfar en Puente deCalderón, la ilusión de la victoria la transformó en la agonía de la derrota, conduciéndolopor un camino salpicado de traiciones cuyo final sería su aprehensión en Acatita de Baján.Después de escribir Yo, Hidalgo6 en 2006, comprendí que había mucho más, pero laHistoria me llevó por otros caminos alejándome del personaje que me había dado tanto,ahora después de 15 años surge Hidalgo camino a la Libertad, enriquecida con nuevadocumentación – escritos, fotografías y facsímiles de firmas –, sobre todo tener en mismanos el expediente de su juicio – que antaño por referencia solo lo sabía – que al leerloagita aún más las emociones y he agregado un estudio sobre un tema escabroso como es lapertenencia o no de Miguel Hidalgo a la masonería, obligado por las circunstancias puestoque siempre me preguntaban al respecto. Pero ¿a quién le importa la historia de MiguelHidalgo y Costilla? Nos debe de importar a todos, porque es parte de nuestro pasado,porque es clave de nuestra historia y porque, además, es el autor de la iniciación de laindependencia de México. El hombre que no sabe de dónde viene no sabe a dónde va. Si me hubiesen dicho que me iba a transformar en un admirador del Cura Hidalgono lo hubiera creído, pero al pasar el tiempo e ir adentrándome paulatinamente en el mundode Miguel, llegué a la conclusión de que las ideas plasmadas en una historia oficial condujoa la fabricación del mito de Hidalgo – el anciano venerable de los oradores políticos decada 16 de septiembre – cuando el personaje de carne y hueso es mucho más fascinante queel mito y las ideas que él tenía lamentablemente en la actualidad son muy diferentes a losintereses que nos han hecho creer que son los intereses de la patria.Así pues, adentrémonos en el mundo extraño y apasionante del Cura de Dolores,Miguel Hidalgo y Costilla, cuya existencia no es más que nuestras raíces, nuestra propiaHistoria, porque la Historia es: “testis temporum, lux veritatis, vita memoriae, magistravitae, testimonium antiquitis” Dr. Ramiro Reyna Hinojosa6 Ramiro Reyna Hinojosa: “Yo, Hidalgo”, 1ª. Edición 2006, Universidad Autónoma de Nuevo León.

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