Participación ciudadana, asuntos de gobierno y buena administración pública
No podemos reducir la participación ciudadana a una jornada electoral, esta va más allá de la emisión de un voto, existen diversas formas para involucrarse. Hay un marco normativo extraviado en las leyes que dibuja un abanico de posibilidades de participación ciudadana, pero cuyo diseño limita y la reduce a formalismos burocráticos con poca efectividad y de una incidencia poco realista. Con todas esas limitantes, existen diversos instrumentos alternos que empoderan al ciudadano para hacer exigible la transparencia, la rendición de cuentas y el respeto al Estado de derecho en todos los actos y decisiones de gobierno.
En ese tenor existen experiencias y buenas prácticas desde los diversos escenarios donde se genera ciudadanía responsable y participativa. Desde la sociedad civil, la academia y desde el plano institucional puede localizarse trabajo serio que coadyuva a la construcción de ciudadanía.
El presente texto, producto de la colaboración de académicos, investigadores y servidores públicos, constituye una aportación significativa a partir de la comprensión de la relevancia que debiera tener la participación ciudadana en los asuntos públicos, colocándola justo en el vórtice de los actos gubernamentales