Isoñ k’ajk / la danza amarilla
En La danza amarilla se vinculan tradiciones en apariencia distantes entre sí: la mirada del pueblo ch’ol, ubicado en el sureste mexicano, y la práctica japonesa del haikú. A lo largo de sus poemas breves, frescos y de imágenes poderosas, el poeta encuentra vasos comunicantes entre ámbitos apartados, gracias a la atención que ambas culturas prestan a la naturaleza.