Escritoræs jóvenes visitan Cuévano 2023
Toda muestra de obra, como sucede con las antologías, se ve afectada por los gustos y caprichos de quien la realiza. Nunca, y esto es la parte sana de los muestrarios, queda satisfecho el autor y el lector, porque “faltó no sé quién” y porque “debieron incluir aquel texto y no este”. Alegarán algunos, y no hay desatino en su juicio, que los muestrarios están cooptados por la amistad, los intereses de mafias o de adhesiones ideológicas. Las pequeñas sociedades literarias, decía Alfonso Reyes en su ensayo: De microbiología literaria, citando a Oliver Wendell Holmes, son Sociedades de Admiración Mutua. Valga este saludable cinismo para zanjar esas manidas controversias. Pero lo cierto es que el lector, haciendo esta paja a un lado, encontrará uno o más autores que despierten su interés, a quienes seguirá atento en otras publicaciones. Y, sin el amparo de la falsa humildad, creemos que esta es la finalidad de cualquier muestrario de obra. A ojos del lector, sólo se salvarán algunos.