El tornero
Crónica de una vida
El “Alemán” apodo de Guillermo hijo de María Hengst, trabajó como aprendiz de torno en un taller de fabricación de piezas mecánicas. Pronto destacó y sus habilidades, persistencia y disciplina le permitieron prosperar y hacerse de su propio taller.
Gran maestro para sus pupilos e hijo, esposo y padre ejemplar, transita por una vida de lucha, rodeada de dificultades y traiciones; que sin embargo, por el cariño y amor del que se supo rodear le permitieron salir adelante.