Corpórea forma de tintar
Este libro, como su autora, tiene varias facetas. Mónica Jiménez Olmos, reúne —al fin— poemas creados a lo largo de veinte años en períodos que muestran la evolución de su proyecto artístico y la perspectiva de sus temas, estilo e influencias. Textos que contienen revelaciones profundas, de objetos cotidianos, estados de conciencia como el sueño, emociones que se reconocen como ecos de experiencias vividas por todos (desde la individualidad de la poeta).
Su poesía sigue un ritmo poco frecuente en esta época en que el “enter” ha sustituido las reglas clásicas, un ritmo en la distribución de versos, en la sucesión de razón y pasión, en el pesimismo de un poema frente al encuentro del siguiente. Ilusión y egoísmo en otros.
El lector encontrará susurros de las fuentes de inspiración, Borges principalmente. Aspiración de la serenidad en la largueza del tiempo, en imágenes de vida como huella de arena en el transcurso de la eternidad, en el diálogo con y de los espejos, en el asomo de lo sobrenatural, la convivencia con la consciencia de la muerte, con el mundo de los sueños. Éstos como revelación: dormir como atisbo a la eternidad. El horror de las pesadillas.
Adriana Azucena Rodríguez