Reseña

Nueva York, 2007. Demetrio, un joven de veinticuatro años, trabaja como repostero en el restaurante francés Le Bourrelet. Este sería su séptimo año como pâtissier, pero el chef propietario, severo pero paternal, siente que el joven debería seguir avanzando en su carrera. Cuando a Demetrio le ofrecen un puesto como jefe de repostería en un restaurante de estrella Michelín, quiere aceptarlo, pero al ser un inmigrante indocumentado, le falta algo crucial: papeles. Aterrorizado por ser descubierto, toma la difícil decisión de volver permanentemente a su país natal, al que no ha regresado desde que era niño. Eso implicará dejar atrás a la única familia que conoce: su querido tío Chus, que lo crio y con quien aún vive. En el vuelo a Madrid, se sienta al lado del atractivo, bromista y sensible Jacobo, un estudiante de la Universidad de Nueva York que vuelve a casa con su familia, aristócrata y ultraconservadora, y al instante surge la química entre ellos.
En bares tenuemente iluminados de Madrid y en playas de piedras alejadas de la ciudad, la relación sutil pero intensa de Demetrio y Jacobo se desenvuelve poco a poco. A Demetrio le tortura el miedo a la intimidad y la ansiedad por su diferencia de clase. A ambos les cuesta aceptar sus identidades y sexualidades, y evitan sus verdaderos sentimientos hasta que una tragedia familiar hace que las vidas de ambos vuelvan a colisionar. Poderosamente sensual y dramática, Países de origen es una historia que sumerge en emociones intensas y conflictos de amor y de pérdida.