Aradia el evangelio de las brujas
Por años se le ha atribuido completamente a Lucifer, Satanás, el Diablo o como quiera usted llamarlo todo el mal causado en el mundo.
Es común escuchar y leer que las antiguas brujas usaban el poder de demonios al servicio del personaje antes mencionado para cometer crímenes en contra de sus comunidades o la religión misma.
El diablo siempre fue protagonista y fuente de poder e incluso motivo de adoración y respeto para aquellos que realizaban las prácticas de la brujería, sin embargo, en esta obra no es él sólo por sí mismo.
Artemisa, la diosa griega de la cacería y de la Luna quien más tarde fue llamada Diana por los romanos y siendo retratada tanto como madre como amante de Lucifer en este libro, es quien recibe la esta vez el foco de atención, veneración y como fuente de poder para realizar conjuros de todo tipo y para todo propósito.
Está de más decir que la magia plasmada en estás páginas es muy antigua y bastante poderosa y siempre debe usarse con discreción.