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ISBN 978-607-29-4247-9

El alba de la vida y del hombre; su civilización e imperios; caída de Roma; Edad Media y teocentrismo; cristianismo e islam en guerra, y fin de Bizancio

Autor:Acosta Hernández, Rubén
Colaboradores:
Porrúa Venero, Miguel Ángel (Diseñador)
Villazón, Miguel (Ilustrador)
Editorial:Acosta Hernández, Rubén
Materia:Historia universal
Público objetivo:General
Publicado:2023-02-06
Número de edición:1
Número de páginas:480
Tamaño:21.5x28cm.
Precio:$550
Encuadernación:Tapa dura o cartoné
Soporte:Impreso
Idioma:Español

Reseña

Este tomo aborda el misterio del inicio de la vida exponiendo el pensamiento de los científicos que elaboraron teorías para intentar dilucidar cómo y cuándo surgió la vida en la tierra y su evolución. Algunos estudios han concluido que la vida inició hace 4,000 o 3,000 millones de años a partir del microorganismo unicelular más pequeño que evolucionó hasta las especies multicelulares más complejas de la actualidad.
Respecto al origen de la Tierra, en 1778 James Hutton presentó ante la Real Sociedad de Edimburgo su teoría del uniformitarianismo y sostiene que el planeta se formó lentamente durante millones de años mediante fuerzas físicas como la erosión, los terremotos, los volcanes y las inundaciones contrariando al catastrofismo, según el cual la tierra se formó durante grandes catástrofes (Bing Bang o Gran Explosión) hace 13,800 millones de años.
Los antropólogos estiman que alrededor de 6 millones de años la evolución de habilidades manuales dio paso a los primeros homínidos bípedos y que, en la era terciaria, un primate evolucionado de los grandes homínidos intentó tomar el fruto de un árbol parándose sobre sus patas traseras; después trató de alcanzar un segundo fruto y comenzó a moverse sobre ellas hasta que se adaptaron a la necesidad de levantarse y avanzar, lo cual hizo durante miles de años hasta convertirse en el primer bípedo.
Por su instinto de supervivencia, el ser humano se agrupó alrededor de su familia como institución primaria y pronto, ante la necesidad de enfrentar fuerzas superiores o presas de caza de tamaño descomunal (como mamuts) e impulsado por su instinto gregario, se vio obligado a unirse a otros grupos de familias con las cuales, a su tiempo, sostuvo relaciones personales y sexuales, aumentando así su círculo de vida dentro de un clan que, al extenderse, se convirtió en tribu.
Tanto en Egipto como en Mesopotamia existieron las primeras poblaciones organizadas como Estado o ciudades-Estado. El mismo desarrollo alcanzó el valle del Indo y el río Amarillo en China. Sin embargo, el imperio sumerio en Mesopotamia y el imperio egipcio en el río Nilo fueron los que iniciaron la marcha histórica de la humanidad. Pronto conquistaron las ciudades vecinas y, a su vez, fueron dominados por otros imperios más fuertes, entre ellos los asirios, medos, persas y aqueménidas.
En Europa también se sucedieron pueblos conquistadores como los etruscos en Italia, los espartanos, atenienses y macedonios en Grecia. Alejandro Magno se apoderó de Europa y Medio Oriente hasta que a su muerte fue dividido para ser sucedido por el imperio romano, el cual se adueñó del mundo conocido que, a su vez, cayó su parte occidental en el siglo IV ante las tribus bárbaras, dando paso al oscurantismo de la Edad Media, al teocentrismo cristiano con su inquisición y herejías, al imperio de Carlomagno y de los otones, a la lucha Estado-Iglesia, al surgimiento del imperio árabe, a la confrontación cristiano-musulmán y a la caída del imperio bizantino ―único imperio de mil años― ante los cañones de los otomanos en el siglo XV.

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