La corredora de Cuemanco y el aficionado a Schubert
¿Anticipa el lector una historia de amor? Nadie lo sabe, sólo se intuye como una posibilidad, como algo que ni el mismo narrador puede asegurar, aunque trate de guiarnos en la lectura, en la escritura misma del cuento. Así, en La corredora de Cue-manco y el aficionado a Schubert, Mónica Lavín escribe y describe personajes, atmósferas, pero no concede la anticipación que el mismo texto pregona.
Tal vez los protagonistas, Guillermo y Sandra, son producto de la imaginación. Probablemente los espacios en los que podrían coincidir sean tan ajenos como sus gustos: asistir en domingo a un concierto en una ciudad enorme y correr ese día en Cuemanco porque es el único día libre para hacerlo. ¿Cuál será el conflicto en esta historia que Mónica Lavín nos regaló generosamente para la colección “El rapidín”? Leamos estas páginas para descubrirlo.