Reseña

En 1880, los hermanos Serdán Alatriste, Carmen (1873), Natalia, (1875) Aquiles (1877) y Máximo (1879) quedaron huérfanos de padre y doña Carmen Alatriste, su madre, tuvo que recurrir a sus hermanos para sacar adelante a sus hijos. La familia Serdán nunca fue ajena a la vida política de su estado –Puebla– y de su país. Los cuatro hermanos, a pesar de su corta edad, siguieron el ejemplo de trabajo y compromiso social que recibieron de sus padres y sus abuelos. Miguel Cástulo Alatriste su abuelo materno fue un político poblano, alcalde de la ciudad de Puebla en tres ocasiones y gobernador del Estado de 1857 a 1861. Y su padre Manuel, abogado, fue redactor de “La ley de Pueblo” antecedente de la reforma agraria.

Aquiles empezó a interesarse desde muy joven por la situación del país y poco a poco se fue involucrando con los ideales democratizadores de Francisco I. Madero en oposición al reeleccionista Porfirio Díaz y los demás siguieron sus pasos poco después.

La participación política de los hermanos Serdán data de 1909 durante las elecciones para gobernador de Puebla, buscando acabar con 18 años de gobierno de Praxedis Martínez. Los Serdán celebraban reuniones en su casa que culminaron en la creación del Club antirreeleccionista “Luz y Progreso”. Más tarde, Aquiles fundó junto con Francisco I. Madero el Partido Nacional Antirreeleccionista y organizó su campaña en oposición al régimen de Porfirio Díaz.

Carmen, la mayor de los hermanos, era la más sólida intelectualmente. Fue una mujer preparada y de gran carácter que sobrevivió ese fatídico 18 de noviembre de 1910. Ella no tuvo descendencia directa pero se hizo cargo de sus sobrinos huérfanos, hijos de su hermano Aquiles. Uno de ellos, Aquiles Serdán del Valle es el abuelo Máximo Serdán Espinosa, autor de Ser hechos en México y bisnieto y sobrino bisnieto de Aquiles y Carmen Serdán Alatriste.

El inicio de la Revolución mexicana que todos celebramos año con año, es un hecho que cambió la historia de nuestro país. Pero, es un acontecimiento personal y familiar que marcó dolorosamente a varias generaciones de la familia Serdán. Y Carmen Serdán comparte a su familia con profundo dolor en el corazón, los acontecimientos que sufrió su familia en su casa esa mañana del 18 de noviembre de 1910.

Se trata de la transcripción de la entrevista que muchos años después, en 1937, le hace Isabel Álvarez Dávalos a su “suegra” Carmen, quien le cuenta a su familia lo que ocurrió ese día y que la dejó no solo con una herida en el vientre, sino con una herida en el alma que nunca logró sanar. Ese día los hermanos se enfrentaron al ejército porfirista que irrumpió en su casa para detener el movimiento revolucionario. Ese día su hermano Máximo murió y a ella le atravesaron el vientre con una bala. Carmen, su madre y su cuñada fueron encarceladas y Aquiles fue asesinado 14 horas después de permanecer escondido en un hoyo oscuro y húmedo con la esperanza de liderar el levantamiento en Tlaxcala.

Bastaron cuatro horas para marcar para siempre con sangre y dolor a la familia Serdán. Pero también con el orgullo de pertenecer a una familia que defiende sus ideales y entrega su vida con honor en favor de una vida mejor para todos. Cuatro horas en las que los hermanos Serdán resistieron el ataque de la autoridad, con el apoyo de unos cuantos hombres y la indiferencia de la mayoría. Los dejaron solos y todos murieron.

El diálogo entre la tía Carmen e Isabel es el doloroso legado de la familia Serdán que quedó escrito en las notas de taquigrafía de la abuela Isabel.