Casa infantil
La familia es una utopía. En ella está el origen de nuestras vidas, lo que nos abre caminos o nos agobia ante el mundo. Aceptémoslo o no, todos somos damnificados de una familia. Silvia Madero lo sabe, y junto con Fabián Casas, asume que “La familia es una enfermedad/que nos acompaña toda la vida” y que algo hay que hacer con ella para que no se pudra.
La apuesta de la joven poeta ha sido escribir estos poemas contundentes, “lapidarios y sin concesiones” —así lo dijo el jurado dictaminador de la convocatoria de La maleta de Hemingway—, su apuesta es una exploración, un descenso abisal a las entrañas de la convivencia más íntima y cotidiana, a las rutas de lo que pudo haber sido y de aquello a lo que se sobrevive, a “la herida abierta del amor” y a la certeza de que el amor se conjuga siempre en presente. Madero nos abre las puertas de su Casa infantil, y nos conmueve y nos perturba a la vez, cierta condición de espejo habita estas páginas.
Ricardo Sigala