Reseña

Traducir es comer la lengua del otro, por eso, quizá sea esa la mejor forma de homenajear el autor de Macunaíma (1928), libro del modernismo histórico brasileño en que Mário de Andrade (1893-1945) devoró críticamente una narrativa alemana, incorporándola a la cultura nacional. Si resultado de un Seminario de Traducción Literaria, el trabajo de traducir gana fuerza antropófaga, pues incorpora en su gesto el aspecto “aprendiz” que el autor homenajeado tanto anhelaba. Es lo que sucede en esa edición de Cuentos nuevos. Publicado originalmente en 1947, el libro resurge leído por las y los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México, bajo la coordinación de la profesora Claudia Dias Sampaio, con el apoyo de la Embajada de Brasil en México. El cruzamiento de las lenguas regresa a los nueve cuentos nuevos la potencia de la lengua y del lenguaje en sospecha. “Tanto preocupados andan ahora por definir el cuento que no sé bien si lo que voy a contar es cuento o no, sé que es verdad”, dice la primera frase del cuento que abre el libro (“Vestida de negro”). La cuestión levantada por Mário de Andrade acerca de cómo hacer nuevos cuentos, es decir, modernos, es contestada por estudiantes-traductores tantos años después, al releer dichos cuentos, investigar palabras, reactivar el ensayo y mantener la duda bajo el roce de las lenguas. Mantenedora de lo poético, de la literatura, la duda movió a la modernidad, y es sobre ella que trabaja quienes traducen. Los textos nuevos nuevamente presentados impiden, por lo tanto, “inutilizarse en el infinito de los sufrimientos humanos la [...] estrella-del-mar” que el escritor convocó en el noveno cuento - “Tiempo de camisetita”.