Reseña

En Marvin siempre nos ha gustado reconocer el legado de las grandes figuras de la música contemporánea, cuyas canciones y estética tienen también una veta muy literaria y que por medio de los años han atrapado nuestra experiencia sensible.

Fue entonces que decidimos hacerles un homenaje a partir de la creación de nuevas historias a través del cuento –un género muy escurridizo y versátil-; ese fue el punto de partida para la colección Rock para leer, cuyas historias nacen desde el fragmento de una canción, pasan por el título de un álbum o abordan una anécdota muy íntima de un artista e incluso ofrecen una recreación libérrima de lo que simbolizan y representan algunas de estas trascendentales mujeres.

Se trata de una experiencia que luego se completa con la interpretación de los ilustradores de cada uno de los textos.

En Puedo ser bien perra. Figuras icónicas de la música recreadas hacemos nuestro el pensamiento de Billie Eilish cuando dice: “Las palabras son más poderosas que algunos ruidos. Los ruidos no durarán mucho tiempo. Las letras son tan importantes y la gente no se da cuenta de eso”.

Lo que nos mueve es el placer de evocar y redimensionar a estas grandes artistas, cuyas canciones reflejan su extrema sensibilidad y peculiar manera de entender al mundo y sus secretos. No son pocos los especialistas que señalan que corresponde a las mujeres la creación de buena parte de la música más visionaria de los últimos años y además aportan una valentía y combatividad que ha puesto en entredicho todos los cánones, tal como lo asevera Madonna: “Soy dura, soy ambiciosa y sé exactamente lo que quiero. Si eso me convierte en una zorra, me parece perfecto”.

Saltamos de una figura de gran calado histórico como La reina del pop a retomar a un talento emergente mexicano, como lo es Ruzzi, cuando dice: “Si me das el poder, puedo ser bien perra”, para titular a esta compilación.

Nos emociona grandemente celebrar a un puñado de mujeres -de entre muchísimas- que han engrandecido a la historia de la música y lo hicimos llevando siempre en mente una idea de la enorme Patti Smith: “Cuando estoy escribiendo un poema o dibujando, no soy una mujer, soy una artista”.