La ética como episteme en Aristóteles
La ética como episteme en Aristóteles se ocupa de la viabilidad de una ciencia ética dentro del pensamiento de este filósofo; es el resultado de una investigación que busca una fundamentación epistemológica al estatuto científico de la ética. Para ello, se sistematiza el término de episteme en el contexto de la Ética Nicomaquea, y se analizan los presupuestos teóricos y metodológicos que permiten considerar a la ética como un área específica de conocimientos científicos.
Según Elizabeth Mares Manrique, Aristóteles considera que la ética, como filosofía práctica, es, principalmente, una ciencia no-demostrativa, es decir, una ciencia que, si bien puede llevar a cabo demostraciones, trabaja, sobre todo, con definiciones y otros principios; que los fenómenos morales pueden ser objetos de investigación científica, y que esos fenómenos deben tratarse con los métodos dialéctico e inductivo, con fundamento en los principios metafísicos del estagirita.
La concepción epistémica de la ética responde a los objetivos de la filosofía práctica de Aristóteles: la ética, como parte de la ciencia política, debe estudiarse con pretensiones de universalidad, porque investiga qué es y en qué consiste el bien natural del hombre ―cuál es la mejor forma de vida―, cuestión que se relaciona íntimamente con los propósitos de la política, para saber cuál es el mejor sistema político y cuál ordenamiento de la ciudad es el mejor, es necesario saber primero cuál es el bien natural del hombre.