Restauración integral del panteón de Dolores
La autora nos ofrece primero, un panorama general de las costumbres funerarias cultivadas en el mundo, desde la prehistoria hasta nuestros días, al igual que bosqueja las formas y ritos funerarios que se hicieron presentes en las principales culturas mesoamericanas. Asimismo, para revista a las tradiciones y expresiones funerarias de la época virreinal, asimiladas particularmente en la ciudad de México e incluye una importante relación urbana donde se localizan los templos, conventos, hospitales u colegios que, a mediados del siglo XIX, aún se constituían por repositorios y espacios de enterramiento.Con el advenimiento de la modernidad política y las practicas mortuorias de carácter civil a finales del Siglo XIX, Herrera Moreno, nos advierte del surgimiento de un nuevo patrón para la ubicación, establecimiento y edificación de panteones de corte civil; información que es enriquecida, comparativamente, con los desarrollos de cementerios más recientes en la ciudad de México.Como si de una pequeña ciudad se tratara, la autora nos acerca a la historia del Panteón de Dolores, desde su edificación en 1874 hasta nuestros días: nos presenta la planimetría original y modificaciones posteriores del cementerio, elementos básicos para conocer su acontecer constructivo y urbano propios, y su inserción en un contexto urbano más amplio y complejo. Derivada de una práctica funeraria elocuente y admirativa, cada vez más en desuso, este libro nos permite retornar a los orígenes de la Rotonda de las Personas Ilustres; indagar las circunstancias que se suponía tal reconocimiento y justipreciar una fórmula de devoción pública para un puñado de personajes, no carente de polémica, pues debemos recordar el dicho que se hizo rápidamente popular. “Ni son todos los que están, ni están todos los que son”.