En los anales* de la historia estaba la esfínter
Las autoras parten de su desafección con el relato hegemónico, una pugna que mantienen con la forma en la que se han contado las cosas, una fascinación indignada con la omisión y la demonización de ciertas figuras en la que se han sentido reflejadas. Esto les ha hecho confrontar esa imagen espejada de las “crónicas” dominantes en la que no se reconocen. Para ello, ponen sus deseos e imaginarios en el centro, y utilizan a su propia antagonista —La Historia— en un sentido material y visual: sus herramientas, su lenguaje, y la mise-en-scène que la construye y la instituye. El objetivo es encarnar relatos anteriores a ellas que fueron o podrían haber sido, y que las llevan a conectarse con genealogías tentaculares que se extienden en diferentes direcciones y unen formas disidentes de ser y de estar.