Reseña

Los Episodios nacionales mexicanos (1902-1906) del escritor jalisciense Victoriano Salado Álvarez (Teocaltiche, Jalisco, 1867-Ciudad de México, 1931) abarcan la agitada historia de México en el lapso que va de 1851 a 1867. Con esta obra el autor ganó fama de gran novelista histórico y destacado rapsoda de la épica liberal mexicana. Escrita en un tono realista y siguiendo las novelas históricas de Benito Pérez Galdós, es esta una obra magna de la narrativa nacional, tanto por su extensión como por la maestría de la forma y los recursos narrativos que utiliza.

En este segundo tomo se ofrece al lector El golpe de Estado, segundo peldaño de la serie De Santa Anna a la Reforma, primera de dos que componen el ciclo novelístico de estos Episodios. Salado utiliza como eje narrativo la historia de un amor imposible con la bella aristócrata Anarda, de familia tradicionalista, que adquiere en el clímax literario de esta novela un elevado componente trágico. Por otra parte, narra los episodios convulsos que preceden al golpe de Tacubaya como resultado del rechazo a la Constitución liberal de 1857. De manera central se enfoca los hechos y el destino de Ignacio Comonfort, quien de ser un héroe en la Ayutla que exilió a Santa Anna para siempre de los anales de la historia de México, pasó a ser un personaje gris, para muchos, infame, a la postre casi “borrado” del pasado nacional luego del triunfo de la República Restaurada en 1867.

Esta edición crítica sigue estrictos criterios filológicos, presentes ya desde el primer tomo. Acompañada de un acucioso estudio preliminar y una importante suma de notas y comentarios que iluminan el texto y el contexto de la obra, es una invitación a la lectura, al estudio y al diálogo con uno de los autores más significativos de nuestras letras. Hombre de pluma aguda y tenaz, dueño de una prosa grácil e instructiva, donde el humor y la ironía dan cuenta de las vicisitudes de la época e iluminan el devenir histórico del presente, la obra de don Victoriano ha superado la prueba del tiempo y merece sin duda un lugar en el estante de nuestros clásicos nacionales.