Todo ángel es terrible
Las novelas de iniciación que nos marcan suelen ser aquellas que muestran la infancia, no como un lugar idealizado, sino como el espacio de matices oscuros que puede llegar a ser. En Todo ángel es terrible, Octavio narra a su confesora los recuerdos de su vida familiar: la devoción hacia la madre enferma, las ausencias del padre viajero, la admiración hacia el abuelo y el hermano mayor, la molestia de los hermanos menores, la empleada doméstica que saca adelante a la familia, los amigos y su influencia, y el modo en que el deterioro de este universo doméstico lo afecta al grado de ejercer una crueldad cada vez más encarnizada, primero contra animales domésticos, hasta que la violencia lo desborda. De acuerdo con el prólogo de Lola Ancira, la obra de Rábago Palafox “rompió el silencio sobre cuestiones satanizadas por la sociedad mexicana ligadas con la frustración y la sexualidad. El resultado es una obra deleitosa, de gran calidad literaria y profundamente reflexiva”.