Reseña

El cuento El Rayo Macoy es un relato en cierto modo “arquetípico” pues narra los avatares de un joven desclasado, Filiberto Macario Reyes, que va ascendiendo paulatinamente en la escala social como boxeador, gracias a que “era muy bueno para los trompones” y así empezó a pelear profesionalmente por toda la provincia hasta llegar a aspirar al Madison Square Garden en Nueva York donde contendería por el campeonato mundial de peso gallo si acaso lograba vencer a un tal Jim Brady, actual campeón.
El cuento tiene un final de inminencia pero más importante que la anécdota es el tratamiento del lenguaje gracias al fino oído de Ramírez Heredia en donde hace alarde de sus enormes recursos estilísticos pues se sirve de un narrador que se da la libertad de “jugar” con su historia en un tono absolutamente coloquial y rítmico que mezcla voces, tiempos, espacios y personajes para crear un relato polifónico, vertiginoso, trágico y humorístico a la vez. Para ello se servirá de los albures y de las expresiones de “la raza” y de un enorme repertorio mental de diversas épocas y estratos que el autor guardaba en su mente y que usa para darle color y verosimilitud al relato. En este texto Ramírez Heredia se reveló como un auténtico creador. A través de su intuición manejará las anécdotas con picardía, con sentido del humor y con ingenio pero, simultáneamente, también con violencia, patetismo, vulgaridad y conmiseración