El Gran Juego
Servicio Secreto en los altos de Asia
En terrenos desolados desde el Cáucaso hasta China, sobre los solitarios pasos de Parmir y Karakórum, en los abrasadores desiertos de Kermán y Helmand, y a través de los pueblos de caravanas de la antigua Ruta de la Seda, dos imperios, la Gran Bretaña victoriana y la Rusia zarista, libraron lo que hoy conocemos como “el Gran Juego”, una colosal serie de contiendas en las que ambas potencias se disputaron el control del acceso a las riquezas de la India y Oriente. Cuando el juego comenzó, las fronteras de Rusia y la India británica estaban a más de tres mil kilómetros de distancia; al final, esta distancia se había reducido a poco más de treinta kilómetros en algunos puntos. Esta es la historia de la conquista de Asia Central, en la que elementos como el romance y el glamour van hombro a hombro con las jugadas maestras y las derrotas en ambos bandos, sin perder nunca de vista el panorama más amplio: una de las mayores y más cruentas carreras imperialistas del siglo XIX. Hoy, con el vacío que dejó la desintegración de la Unión Soviética, se vuelve a escuchar de soldados rusos que “mojan los dedos de los pies en el Océano Índico”.