Los límites del conocimiento
El campo de la ciencia no lo constituyen tan sólo las observaciones y el método; también el arte de razonar constituye una disciplina científica: la epistemología. Pero si el conocimiento en sí es un objeto de la ciencia, es necesario estudiar cómo está delimitado, pues existen otras verdades humanas, religiosas, metafísicas o artísticas, cuyo conocimiento se adquiere al transitar otros caminos. Si bien, como señala Jean Hamburger, existió un deseo ferviente en el espíritu del hombre —el deseo de unicidad, representado por Condorcet, Comte, Mill, Spencer, Renan e incluso Taine— de no dejar fuera de los terrenos de la ciencia ninguna actividad del espíritu, ahora la maravilla y la riqueza es percibir la multiplicidad de los campos humanos, unidos como obra del pensamiento, pero en los cuales la ciencia, como fuente de meditaciones, es un territorio más, en el cual el propio progreso científico, que no reconoce verdades absolutas y eternas, señala los límites de sus alcances. Pues, además, “los poetas descubren a veces, por instinto, lo que la reflexión científica tarda años en descubrir.