Los trabajos de pérsiles y sigismunda
Pensar en leer a Miguel de Cervantes trae a la mente de la mayoría de los lectores la obra Don Quijote de la Mancha, la cual, indudablemente, vistió de gloria a la lengua castellana; pero que también dejó a oscuras, al menos por un tiempo considerable, la novela que el mismo autor calificó de ser lo mejor en mucho de lo que había escrito y que lleva por nombre Los trabajos de Persiles y Sigismunda.
Si nos detenemos a darle seguimiento al desempeño literario de Cervantes, nos damos cuenta de que trabajó varias obras a la vez, entre ellos Persiles. Esta novela fue tan especial y única para la mente y el corazón del escritor, que la menciona en el prólogo al lector de sus Novelas ejemplares (1613), en Viaje al Parnaso (1614), en Ocho comedias y ocho entremeses nuevos nunca representados (1615) y en la dedicatoria que le hace al Conde Lemos de la segunda parte
del Quijote.
“Con esto me despido ofreciendo a vuestra excelencia Los trabajos de Persiles y Sigismunda, libro al que daré fin dentro de cuatro meses”.
Escrita con lentitud como era habitual en él, da valor a su instrumento más valioso, la prosa, que fluye con un ritmo natural, rítmica, noble en su lenguaje para la gente palaciega, y sencilla y entendible para el vulgo.
Hablamos de una novela de peregrinación, distintos personajes, distintas historias, distintos escenarios, pero todos unidos en ese viaje de un peregrinar que después de una primera lectura epidérmica el lector descubre que es un viaje a su interior.
Cervantes la escribió con lentitud, por tanto, debemos leerla de la misma manera; entonces surgen múltiples significados, en conceptos velados y lejanas voces cultas, que nos obligan a una segunda o tercera lectura a la espera de qué más nos sorprenderá, y nos mantiene en un mundo que hace transitar de lo real a lo irreal y viceversa.
Esta es una obra con un estilo que se adueñó de su época y cautivó su capacidad de inventiva, majestuosa, artística y audaz para su tiempo. Hoy, lejos de las críticas equivocadas de la que fue objeto, nos enfrentamos a la lectura fácil, comprensible e interesante que nos ofrece esta edición